¡Hola y bienvenido/a de nuevo mi hermosa familia! Me alegra tenerte aquí conmigo una vez más estudiando y entendiendo la palabra de Dios. Hace un tiempo, en uno de nuestros canales en las redes sociales publiqué algo relacionado con el tema de las 'carnes prohibidas' por Dios y obtuve una avalancha de respuestas que, en cierto sentido, declaraban que las reglas que Dios les dio a los Israelitas en cuanto a las carnes ya no son válidas hoy día. La razón detrás de esta creencia, para ellos, surge en base a textos que son encontrados en el Nuevo Testamento. He hablado de este tema antes pero muy pocas veces y de manera no oficial, así que pensé que deberíamos estudiar juntos el tema de una vez por todas. ¿Qué dices?
Como viene siendo tradición, a continuación un vídeo con el resumen del tema de esta semana. Si eres más del tipo de persona que lee, entonces... ¡no hay problema! Siéntete libre de saltar el video y continuar con la lectura. Si tienes unos minutos, pues te invito a mirar el video.
NOTA: Video contiene subtítulos en Español
¿Viste el video? Si es así, entonces, ¿qué piensas? Si no lo has visto, ¿qué opinas de las carnes? ¿Los cristianos son libres para comer todo tipo de carne? ¿Las "reglas" en cuanto a comer carnes dadas en la Biblia para los israelitas ya no se aplican a nosotros? Bueno, solo hay una forma de resolver esto... ¡Abramos la Biblia! Como siempre he dicho, todo lo que necesitamos saber acerca de vivir una vida con propósito, sentido y que honre a Dios, está en ese librito. Empecemos.
Biblia y las carnes...
Antes de que podamos comenzar nuestra discusión, primero debemos echar un vistazo a los versículos bíblicos involucrados en este estudio. Volvamos a cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y les dio un conjunto de reglas que debían cumplir para que disfrutaran de una vida mejor y, por supuesto, más sana. Leamos Levítico 11:
Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, este comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis estos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda. También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo. De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.
Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis. Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación. Os serán, pues, abominación; de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación.
Y de las aves, estas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano según su especie; todo cuervo según su especie; el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; el búho, el somormujo, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.
Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra; estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.
Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche, y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche. Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. Y el que llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.
Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón. Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. Y todo aquello sobre lo que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio. Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda. Todo aquello sobre lo que cayere parte del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo. Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia. Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por inmunda.
Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche. Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche.
Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación. No hagáis abominables vuestras personas con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos. Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra, para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
Ok, lo sé... acabamos de leer un capítulo completo en la Biblia. El punto es que Dios nos dejó en la Biblia regulaciones sobre las carnes que debemos y no debemos comer. Un vistazo rápido a estas reglas muestra claramente que Dios no solo estaba dando estas reglas porque quería ser estricto, sino porque se preocupaba por nuestra salud. Tomemos, por ejemplo, el cerdo... la carne de cerdo se come comúnmente hoy en día y ¿qué sabemos sobre la carne de cerdo? Bueno, tiene un contenido de grasa MUY alto. No es de extrañar por qué los ataques al corazón van en aumento. Tomemos las langostas y camarones... estos seres vivos son las aspiradoras del océano, se alimentan de desechos, luego los humanos vamos y los comemos como manjares. Un análisis cuidadoso de las carnes que Dios no quiere que comamos viene a mostrar razones claras y obvias por las que no se deben comer.
Claramente Dios tenía razones para prohibir ciertas carnes al pueblo de Israel y tiene razones para dejar estos textos preservados para nosotros. Ahora, algunos afirman que hay ciertos versículos de la Biblia en el Nuevo Testamento que básicamente anulan estas reglas de la carne y abren las posibilidades para que comamos casi cualquier carne en el mercado. Echemos un vistazo al versículo (capítulo) más comúnmente citado por aquellos que quieren estar a favor de comer todas las carnes. Leamos Hechos 10 y prestemos mucha atención a las secciones resaltadas en rojo y azul.
Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, este llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo.
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.
Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.
Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?
Acabamos de leer Hechos 10:1-29. ¿Pensamientos? Leamos un versículo más que se cita a menudo cuando algunos intentan justificar el hecho de que las reglas para comer carne ya no están en vigor. Leamos una porción de Mateo 15:
Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale;y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Acabamos de leer Mateo 15:1-20. Ok, ahora que hemos leído lo que la Biblia tiene que decir cuando se trata de carne y qué versículos se usan para intentar anular las reglas dadas por Dios para comer carne... sigamos discutiendo y aclarando este tema de una vez por todas. ¿Bien?
Discutiendo Hechos 10 - ¿Estaba Dios hablando de comer carne?
En español tenemos esta frase que dice así: "Un texto fuera de su contexto es un pretexto". Divertido, simple y directo al punto que buscamos en esta discusión. Inmediatamente después de leer todo el capítulo 10 de Hechos nos preguntamos: "¿Hay algún indicio de que una de las lecciones de este capítulo está hablando de qué carnes podemos o no podemos comer?" La respuesta es no. Sí, Dios habla en el sueño con no llamar inmunda a toda clase de carne, pero en ninguna otra parte del capítulo encontramos una discusión sobre las carnes... Claramente, la intención de Dios no era expandir o reemplazar Su posición sobre las carnes inmundas, sino enseñar otra lección completamente diferente.
Dicho esto, ahora analizamos las partes del capítulo que destacamos en rojo. Dios le dio el sueño a Pedro, por lo tanto, claramente quería enseñarle o mostrarle algo a Pedro. Miremos más de cerca:
"Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común." - Hechos 10:10-15
Lo primero que hay que notar es la respuesta de Pedro a la petición de Dios. Dios le pide que mate y coma y Pedro responde: "¡Claro que no! Nunca he comido cosa impura o inmunda". ¿Qué nos dice esto? Claramente, las leyes sobre el consumo de carne no eran únicamente para los israelitas del Antiguo Testamento... todavía estaban muy vigentes en el momento del sueño de Pedro, que es incluso después de que Jesús ascendió al cielo. Habiendo caminado con Jesús durante años, uno pensaría que, si todas las carnes fueran realmente 'libres de comer para todos', Jesús se lo habría dicho. Pero ese no es el caso. Pedro, incluso después de haber caminado con Jesús e incluso después de que Jesús ascendió, reconoció que hay algunos mandatos dados por Dios en lo que respecta al consumo de carne.
La segunda cosa a tener en cuenta es que después de estos versículos no leemos nada relacionado con este sueño o su interpretación hasta que llegamos a un versículo más abajo en el capítulo (sección resaltada en azul). Leamos:
"Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?: - Hechos 10:27-29
Para los judíos, cualquiera que no fuera judío, los 'gentiles', era impuro e indigno de la redención de Dios. En los versículos anteriores vemos que la intención de Dios con el sueño era mostrarle a Pedro, no nada relacionado con el consumo de carne, sino que Su gracia no era únicamente para los judíos, sino para todos. Esto lo vemos claramente cuando Pedro dice: "Pero Dios me ha mostrado que a NADIE debo llamarlo impuro o inmundo". ¿Quedo claro?
Usar los versículos de Hechos 10 para defender que toda clase de carnes son limpias y se pueden comer es un mal estudio de la Biblia; es sacar las cosas de contexto. Tan simple como eso.
Discutiendo Mateo 15 - ¿Estaba Jesus hablando sobre el consumo de carnes?
...y una vez más en Mateo 15:1-20 tenemos una situación similar a la de Hechos 10. Sacando las cosas de contexto seguramente uno puede justificar con la Biblia que está permitido comer todo tipo de carne... uno podría incluso justificar el asesinato si fuera el caso. Cuando estudiamos la Biblia, TENEMOS que tener cuidado de mantener las cosas en contexto y, a menudo, mirar el panorama general. Mateo 15:1-20 es un buen ejemplo.
En los versos que leímos vemos a Jesús afirmando que "no es lo que entra en la boca lo que contamina sino lo que sale" y solo usando este verso solo, fuera de contexto, muchos afirman que entonces es válido comer cualquier tipo de carne porque lo que entra en la boca no contamina. Pregunta, ¿es este un buen método de estudio de la Biblia o incluso de estudio en general? Por supuesto que no.
Al igual que antes, empecemos leyendo la porción completa del capítulo de la Biblia, versículos 1 al 20, y observemos el contexto de estos versículos. Nota al margen, ¡a veces incluso es necesario leer varios capítulos para captar el contexto! Aunque no en este caso. Después de leer los versículos anotados nos damos cuenta que la intención de Jesús en ese momento no era, en absoluto, entrar en una discusión sobre las carnes que se pueden o no comer. La intención de Jesús era enseñar a los fariseos y a los maestros judíos que las tradiciones instituidas por el hombre no tenían un valor absoluto en los asuntos del cielo y la salvación. Tan simple como eso.
En otra nota, al igual que con Hechos 10, más adelante en la línea Jesús explica exactamente de qué estaba hablando cuando dijo lo que dijo:
Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale;y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. " - Mateo 15:16-20
Lea esa última parte que subrayé para ti. ¿Ves? Claramente, Jesús no estaba entrando en una discusión sobre las carnes. Simplemente un texto que a menudo se cita fuera de contexto.
Cerrando...
Realmente espero que el tema de hoy haya sido más que una aclaración, una lección para todos nosotros, incluyéndome a mí. Sí, nosotros, como cristianos, debemos tener cuidado con las carnes que consumimos. Sí, Dios nos dio reglas, realmente para nuestro beneficio, sobre qué carnes debemos y no debemos comer a las que nosotros, como cristianos, debemos prestar atención. Pero más allá de todo esto y lo más importante, SÍ, NECESITAMOS estudiar cuidadosamente la Biblia y ASEGURARNOS de que no estamos sacando versículos de contexto... de lo contrario, nos engañaremos a nosotros mismos.
No dudes en comunicarte con cualquier pregunta, comentario, sugerencia, ideas para futuras publicaciones o cualquier cosa. Estaré más que feliz de conocerte y responderte :)
Hasta la próxima!
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