No hace mucho me encontré en "mi zona" escribiendo cuando recibí una llamada que todos tememos... mi esposa estaba llorando incontrolablemente al otro lado del teléfono. Escalofríos subieron y bajaron por mi espalda, mi cerebro estaba al 1000% pensando en todas las cosas que podrían haber pasado. Como ella estaba llorando, no podía entender una palabra de lo que decía, así que le pedí que me enviara su ubicación y simplemente comencé a correr...
Corrí lo más rápido que pude y cuando llegué, abracé a mi esposa y le pregunté qué pasó. Ya estaba más tranquila asi que me continúa explicando lo que pasó. Una mujer en la calle se había arrojado líquido inflamable por encima y se había prendido fuego justo en medio de la ciudad... en una calle muy transitada... para que todos la vieran. Desesperada, mi esposa va a la tienda más cercana a pedirle al chico el extintor de incendios de la tienda, pero la respuesta del chico fue: "ese no es mi problema... ese es el problema de la policía". Muy pocas personas en la calle realmente intentaban ayudar... la gran mayoría estaban con sus teléfonos tratando de conseguir más "likes" y compartir en sus plataformas de medios.
¿Qué nos pasa? ¿Estamos en el punto en el que los "likes", los "follows" y los "share" valen más que la vida misma? ¿Estamos tan desconectados de Dios y de nuestra brújula moral interna que presenciar cómo una persona muere quemada en nuestras caras no significa nada? Afortunadamente, un auto se detuvo y la gente salió con jarras de agua y pudieron apagar el fuego antes de que ocurriera un daño extenso en los tejidos, pero... ¿y si no estuvieran cerca?
Estoy luchando por escribir esta publicación porque realmente no tengo palabras... No sé qué decir ni cómo transmitir mi punto. Me duele que esa sea la sociedad en la que vivimos hoy. Déjame decirlo de esta manera: sin Dios... ESTAMOS PERDIDOS. Dios sigue saliendo… con Él nuestra moral, valores, amor y aprecio por la vida. Únete a mí para difundir el mensaje de Dios al mundo... por favor. El mundo lo necesita ahora más que nunca.
Hasta la próxima,
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