"Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios." - Romanos 14:11
La humanidad entera algún día estará frente al gran Juez. Algunos para vida eterna, otros para muerte eterna. ¿De qué grupo formarás parte?
Muchos piensan que la destrucción de los pecadores por parte de Dios tras Su venida es simplemente un castigo porque no cumplieron con los mandamientos de Dios. Semejante idea no podría estar más lejos de la verdad. Personalmente, no me gusta ir a "discotecas". Nunca he estado en una y nunca lo haré. Para muchos, los clubes nocturnos son lugares divertidos; para mí, asistir sería simplemente una tortura. Se puede utilizar una analogía similar cuando se habla de la salvación. El reino de Dios es un reino de amor, de bondad, de misericordia, de compartir, de desinterés... allí no hay ningún "yo". Todo ser viviente vive para dar honor y gloria a Dios Creador. Para ser feliz en un lugar así, uno necesitaría caminar y prepararse para ese lugar. Para una persona que disfrutara de su forma de vida perversa y egoísta, el cielo sería una tortura; sería un lugar donde él o ella se sentiría fuera de lugar e incómodo. La muerte, por más horrible que parezca, en realidad puede parecer misericordia cuando uno la compara con la realidad de la eternidad. Dejar de existir en un abrir y cerrar de ojos o vivir eternamente en un lugar que desprecias… ¿cuál te parece mejor opción?
Cuando Jesús regrese será para dar a cada uno según su forma de vivir. Él es justo y todos, voluntariamente, algún día reconoceremos esta verdad. Dios es un Dios amoroso y mientras hay aliento en tus pulmones, hay esperanza. Escucha su llamado. Escucha Su voz llamándote y, lo más importante, acepta el llamado.
Comentarios