El hombre más rico de la tierra al momento, el hombre más sabio de la historia, uno que parecía tenerlo todo, dijo: "Vanidad de vanidades... todo es vanidad" (Eclesiastés 1:2). ¿Te has encontrado con este versículo antes?
En medio de dos guerras (Rusia-Ucrania y ahora Israel y Palestina), ¿no tienes la sensación de que aquí en los Estados Unidos somos ajenos al dolor y sufrimiento que está ocurriendo ahora mismo en el mundo? Cientos de personas mueren, familias destrozadas y separadas tal vez para siempre, millones de personas desplazadas de sus hogares, hambre, enfermedades, desastres naturales... sin embargo, en Estados Unidos y en muchos otros lugares del mundo las empresas se encuentran en una era de publicidad desenfrenada. . Canales de medios que se centran en las últimas tendencias de la moda y el vestido que lució una celebridad en la alfombra roja. Miles de vídeos que muestran "cómo hacerse rico" y constantes producciones televisivas vacías. Personas que se preocupan por conseguir el último teléfono y obtener muchos "likes" en las redes sociales... Uno no puede sino preguntarse: ¿qué está pasando?
Salomón lo escribió mejor: "vanidad de vanidades, todo es vanidad". Uno de mis actores favoritos lo dijo de otra manera: "Ojalá todos se hicieran ricos y famosos para que sepan que esa no es la respuesta" (cita de Jim Carrey). Amigo/a, lo que Solomon y Jim se dieron cuenta es que TODO lo que este mundo tiene para ofrecer, TODO, no significa nada. El único ser que puede hacer permanentemente el cambio en el corazón humano, el único ser que puede hacer que la vida tenga sentido es Jesús, Dios. No hace mucho escuché de un pastor algo como esto: "Todos estamos buscando a Jesús, algunos de nosotros simplemente no lo sabemos todavía". La pornografía, el sexo, las drogas, el alcoholismo, la adicción al trabajo, la violencia, la glotonería... todas estas cosas son el resultado del intento del ser humano de llenar un vacío en nuestras almas que Dios sólo puede llenar permanentemente. Todos vamos tras los "placeres mundanos" para intentar conseguir ese sentimiento de satisfacción que sólo Jesús puede inculcar permanentemente en nuestros corazones.
Salomón entendió esto y por eso llamó vanidad a todo lo que lo rodeaba, los palacios, el oro, los castillos, el reino, la cama cómoda, las ropas bonitas... todo vanidad. No sólo vanidad, sino vanidad que destruye tal como lo está haciendo hoy. El mundo en caos y los canales de medios llenos de... vanidades. Recuerda, sólo Jesús en el corazón puede crear un cambio positivo y permanente en el corazón y la mente humana.
Algo para pensar...
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