top of page

Search Results

Search Results

91 elementos encontrados para ""

  • Feliz 2024!

    Era casi ayer que estábamos celebrando el 2023 y ahora estamos por entrar al 2024. Pasó rápido pero por la misericordia y gloria de Dios estamos aquí. Llegamos a la última parte del 2023. ¿Qué bendiciones recibiste este año? ¿Qué hizo Dios en tu vida? Al entrar en 2024, te animo a pensar en lo que harás en 2024 para Dios. ¿Cuál es Su plan para tu vida? Naciste con un propósito y para un propósito y hasta que descubras el propósito que Dios tiene para tu vida, tu vida se sentirá un poco desorientada. Mientras te sientas a escribir tus resoluciones de año nuevo, piensa en cuánto tiempo le estás dedicando a Jesús. En medio de nuestras vidas caóticas y ritmo de vida agitado, muchas veces es difícil encontrar tiempo para Jesús pero... Él dio su vida por nosotros, ¿por qué no tomar tiempo para Él? Sé que te estás preparando para despedir el 2023 con familiares y amigos así que solo te dejo esto: "Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz." - Números 6:24-26 Dios te bendiga mi amigo/a. Feliz 2024! #neverfarenough

  • Reflexiones de mi viaje a Amsterdam...

    Durante la semana de Acción de Gracias de este año volé con mi esposa a la ciudad de Ámsterdam en Holanda. Es sorprendente lo que el transporte moderno puede hacer por uno y a dónde puede llevarnos en tan solo unas horas. Un sábado por la tarde estábamos en el aeropuerto en los Estados Unidos, apenas unas horas más tarde estábamos en el otro lado del mundo aterrizando en Ámsterdam. Habiendo estado en Venecia (Italia) hace unos años y amando el estilo de vida de "canales de agua a través de la ciudad", quería ir a Ámsterdam, que se parece mucho a la ciudad en Italia. No hace falta decir que la arquitectura no decepcionó. La ciudad de Ámsterdam es hermosa, está llena de gente de habla holandesa y, sorprendentemente, de habla hispana. Los canales de agua complementan el paisaje y la brisa fría hacía fácil caminar sin sobrecalentarse. La abundancia de tiendas en las calles de la ciudad atraía a las multitudes y la variedad de comida no era nada de qué quejarse. Durante el día, todo era casi perfecto, y luego llegó el atardecer... Ciertamente no te animo a que lo busques en Internet pero, después del atardecer, el famoso "Barrio Rojo" (Red light district), que está justo en el centro de la ciudad, cobra vida. Entonces la atmósfera da un giro de 180 grados. La hermosa ciudad y todo lo que tiene para ofrecer se convierte en una moderna Sodoma y Gomorra. Hasta mi viaje a Ámsterdam pensaba que la ciudad de Las Vegas en el estado de Nevada era la "ciudad del pecado" del mundo... estaba equivocado. Las drogas, el sexo, la pornografía y la prostitución intensa se apoderan de la ciudad de Ámsterdam al atardecer. Dado que la prostitución es ilegal en los EE. UU. y aún existe una sensación de protección para nuestros hijos, no es común ver un ambiente excesivamente sexualizado mientras caminas por la ciudad. Por lo general, son solo ciertos puntos ocultos de las áreas de tránsito general. No en Ámsterdam. Mientras caminaba de regreso a mi hotel, inevitablemente caminando por el distrito, quedé absolutamente alucinado ante las escenas presenciadas. Más que las horribles escenas, el hecho de que no había restricciones sobre quién pasaba. Niños, bebés, jóvenes, adultos, todos son bienvenidos a ver cuán perverso puede ser el pecado y caminar por las calles iluminadas en rojo. Mientras caminaba, seguí pensando en las ciudades de Sodoma y Gomorra y en cómo el pecado había entregado a estas ciudades a placeres egoístas y perversos. Una cosa era segura: sin Dios, el pecado no conoce límites. Sin Dios, no hay freno para los placeres vacíos, vanos y egoístas. Como afirmó el señor Dovstoievski: "Sin Dios todo está permitido". Ámsterdam es sólo otro ejemplo de lo que nos sucede cuando se rechaza a Dios y su ley. Cuando leo la Biblia, sé que esto sólo va a empeorar. Estamos en un camino sin retorno hacia la autodestrucción y los cristianos sabemos que esto sólo termina con Jesús regresando en las nubes para ejecutar el juicio sobre la raza humana. El pecado tiene que llegar a su fin. Todo lo que nos rodea está en decadencia, incluida la moral y las normas de la sociedad. Aún así, Dios nos ha llamado a advertir al mundo sobre lo que está por suceder. Él nos ha llamado a predicar las nuevas del evangelio, las buenas nuevas al mundo para que cualquiera que quiera aceptar el don gratuito de la salvación pueda hacerlo. Te invito a unirte al ejército de Dios, a unirte a la misión. Seamos la luz que Dios nos creó para estar en un mundo lleno de oscuridad, e invoquemos su hermoso nombre y exaltémoslo sobre todo. La enfermedad del pecado se ha apoderado del mundo, pero hay una cura: Jesús. Compartamos a Jesús con el mundo.♥️ #neverfarenough

  • Mejor que el Pan

    ¿Se te ocurre algo para comer que sea mejor que el pan? Hay tantas cosas que se pueden hacer con trigo y tantos tipos diferentes de panes que es difícil imaginar vivir en un mundo sin él. ¿Estas conmigo? El pan es fantástico y, cuando se cocina adecuadamente (no se procesa), tiene los sabores y nutrientes adecuados para sustentarnos. Aún así, la Biblia menciona algo mejor que el pan que también tiene la capacidad de sustentarnos. ¿Te imaginas que es? "Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre." - Deuteronomio 8:3 No sé tu, pero cuando me siento a leer la Biblia o a trabajar en este ministerio y dedico mi tiempo a Dios, el sentimiento, la satisfacción y la energía son simplemente inexplicables. Dios llena el alma, el corazón y la mente como nadie ni nada lo hace en el mundo. Cuando se pasa tiempo de calidad con Dios, todo lo demás deja de existir. Por un tiempo los problemas no importan, el mañana y los nuevos asuntos no importan, lo que voy a comer no importa... lo único que importa es Dios y, más importante, lo único que le importa a Dios eres tú. Él se preocupa por todos por igual, pero tiene la capacidad de estar con todos nosotros simultáneamente, por lo que puedes estar seguro de que cuando invoques Su nombre, tendrás Su hermosa y completa atención. Cuando pienso en el poder renovador de pasar tiempo con Dios, mi mente siempre va a Jesús. Jesús ayunó durante 40 días... 40 días sin nada que comer, ¿te imaginas eso? La ciencia moderna nos dice que el cuerpo humano no puede pasar más de 4 días sin comida ni agua; sin embargo, Jesús estuvo 40. ¿Qué le dio a Jesús el alimento y la energía para vivir tanto tiempo sin comida? Dios. Dios lo hizo. El pan solo, la comida sola no es suficiente. Viviremos por la palabra de Dios. ¡Ah! ¿Qué gozo es servir a un Dios cuya palabra es vida y cuyo carácter es amor? La próxima vez que sientas que necesitas una profunda plenitud y satisfacción, ven a Dios. Él te alimentará :) Hasta la próxima... #NeverFarEnough

  • Es imposible no salvarse

    Cuando era niño en la iglesia realmente creía que la salvación era inalcanzable. Nada en contra de la gente de mi antigua iglesia, pero una y otra vez todo apuntaba siempre a las reglas de Dios. Durante un tiempo, mi imagen de Dios fue la de Él siendo el niño malo con una lupa esperando que nosotros diésemos un giro equivocado para quemarnos o lastimarnos. Quedó claro que nada de lo que pudiera hacer me ganaría un camino al cielo y que sólo obedeciendo me llevaría allí... pero, ¿cómo? Pecadores como somos todos, ¿cómo podemos alcanzar el estado de perfección que las normas de Dios parecen requerir? Una y otra vez pensamientos como estos llenaron mi mente hasta el punto en que a veces incluso decidí voluntariamente no orar ya que, de todos modos, estaba "condenado al infierno". ¿Alguna vez te has sentido así? ¿Alguna vez has sentido que la salvación es tan difícil de lograr que es casi inútil siquiera preocuparse por ella? ¿Alguna vez te has sentido abrumado/a porque sabes que quieres honrar a Dios pero tu naturaleza simplemente te lo impide? Si es así estás en el lugar correcto. Déjame decirte la cura para erradicar por completo estos pensamientos de tu mente: conoce a Jesús. Hace un tiempo, en un sermón escuché a un pastor decirlo de esta manera: "El cristiano más miserable del mundo es aquel que conoce la ley pero no conoce a Jesus." Esto no puede ser más cierto. Cuando realmente llegas a conocer a Jesús y su carácter, comprendes el amor de Dios y cuando lo haces, inmediatamente te darás cuenta de que es casi imposible no ser salvo cuando acudes a Él. He aquí una historia que a menudo se subestima y se pasa por alto en la Biblia. Es la parábola del hijo perdido contada por Jesús: "[Jesus] También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse." - Lucas 15:11-24 Amigo/a, tú y yo somos el 'hijo perdido' de esta historia. No hay NADA que puedas hacer para ganar el amor y el favor de Dios... la segunda parte de esta frase dice así: porque YA lo tienes. La gente de mi iglesia entendió bien la mitad de la historia, realmente no hay nada que pueda hacer para salvarme... lo que les faltó fue completar la frase de la siguiente manera: porque Jesús ya lo hizo por mí y lo único que tengo que hacer es venir a Él. El precio del pecado ya ha sido pagado por nosotros. Aquí está la parte para pelos: fue pagado en nuestro nombre incluso cuando Él sabía que todavía tenemos la capacidad de rechazar el regalo. Jesús no lo pagó para que ahora tengamos que seguirlo, sino para que tengamos la opción de seguirlo si así lo decidimos. Dios dio a Su Hijo por nosotros sin ninguna garantía... y un Dios que obra así, es un Dios que ofrece una salvación que es muy difícil de NO conseguir. El amor de Jesús por ti y por mí es simplemente difícil de entender, pero es tan real como el hecho de que estás respirando en este momento. Ven a Él, conócelo y llegarás a la misma conclusión que yo: es imposible NO ser salvo. #neverfarenough

  • ¿Porqué el pecado fue permitido?

    Este capítulo es tan bueno que tuve que compartirlo todo. Lo que estás a punto de leer es el Capítulo 1 del libro 'Patriarcas y Profetas' de Elena G. de White. Capítulo 1—El origen del mal “Dios es Amor”. Su naturaleza y su ley son amor. Lo han sido siempre, y lo serán para siempre. “El Alto y Sublime, el que habita la eternidad”, cuyos “caminos son eternos”, no cambia. En él “no hay mudanza, ni sombra de variación”.Cada manifestación del poder creador es una expresión del amor infinito. La soberanía de Dios encierra plenitud de bendiciones para todos los seres creados. El salmista dice: “Tuyo es el brazo potente; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. Justicia y derecho son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro. Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, Jehová, a la luz de tu rostro. En tu nombre se alegrará todo el día y en tu justicia será enaltecido, porque tú eres la gloria de su potencia [...]. Jehová es nuestro escudo; nuestro rey es el Santo de Israel”. Salmos 89:13-18. La historia del gran conflicto entre el bien y el mal, desde que principió en el cielo hasta el final abatimiento de la rebelión y la total extirpación del pecado, es también una demostración del inmutable amor de Dios.El soberano del universo no estaba solo en su obra benéfica. Tuvo un compañero, un colaborador que podía apreciar sus designios, y que podía compartir su regocijo al brindar felicidad a los seres creados. “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios”. Juan 1:1, 2. Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios. “Se llamará su nombre “Admirable consejero”, “Dios fuerte”, “Padre eterno”, “Príncipe de paz””. “Sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos, a los días de la eternidad”. Isaías 9:6; Miqueas 5:2. Y el Hijo de Dios, hablando de sí mismo, declara: “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve la primacía, [...] cuando establecía los fundamentos de la tierra, con él estaba yo ordenándolo todo. Yo era su delicia cada día y me recreaba delante de él en todo tiempo”. Proverbios 8:22-30. El Padre obró por medio de su Hijo en la creación de todos los seres celestiales. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, [...] sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”. Colosenses 1:16. Los ángeles son los ministros de Dios, que, irradiando la luz que constantemente dimana de la presencia de él y valiéndose de sus rápidas alas, se apresuran a ejecutar la voluntad de Dios. Pero el Hijo, el Ungido de Dios, “la misma imagen de su sustancia”, “el resplandor de su gloria” y sustentador de “todas las cosas con la palabra de su poder”, tiene la supremacía sobre todos ellos. Un “trono de gloria, excelso desde el principio”, era el lugar de su santuario; una “vara de equidad”, el cetro de su reino. “¡Alabanza y magnificencia delante de él! ¡poder y hermosura en su santuario!” “Misericordia y verdad van delante de tu rostro”. Hebreos 1:3, 8; Jeremías 17:12; Salmos 96:6; 89:14. Siendo la ley del amor el fundamento del gobierno de Dios, la felicidad de todos los seres inteligentes depende de su perfecto acuerdo con los grandes principios de justicia de esa ley. Dios desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la comprensión y del aprecio de su carácter. No halla placer en una obediencia forzada, y otorga a todos libre albedrío para que puedan servirle voluntariamente. Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad del amor, hubo perfecta armonía en el universo de Dios. Cumplir los designios de su Creador era el gozo de las huestes celestiales. Se deleitaban en reflejar la gloria del Todopoderoso y en alabarlo. Y su amor mutuo fue fiel y desinteresado mientras el amor de Dios fue supremo. No había nota discordante que perturbara las armonías celestiales. Pero se produjo un cambio en ese estado de felicidad. Hubo uno que pervirtió la libertad que Dios había otorgado a sus criaturas. El pecado se originó en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios y que era el más exaltado en poder y en gloria entre los habitantes del cielo. Lucifer, el “hijo de la mañana”, era el principal de los querubines cubridores, santo e inmaculado. Estaba en la presencia del gran Creador, y los incesantes rayos de gloria que envolvían al Dios eterno, caían sobre él. “Así ha dicho Jehová, el Señor: “Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura. En Edén, en el huerto de Dios, estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura. [...] Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios. Allí estuviste, y en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad””. Ezequiel 28:12-15. Poco a poco Lucifer llegó a albergar el deseo de ensalzarse. Las Escrituras dicen: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”. Ezequiel 28:17. “Tú que decías en tu corazón: “Subiré al cielo [...], junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, [...] y seré semejante al Altísimo””. Isaías 14:13, 14. Aunque toda su gloria procedía de Dios, este poderoso ángel llegó a considerarla como perteneciente a sí mismo. Descontento con el puesto que ocupaba, a pesar de ser el ángel que recibía más honores entre las huestes celestiales, se aventuró a codiciar el homenaje que solo debe darse al Creador. En vez de procurar el ensalzamiento de Dios como supremo en el afecto y la lealtad de todos los seres creados, trató de obtener para sí mismo el servicio y la lealtad de ellos. Y codiciando la gloria con que el Padre infinito había investido a su Hijo, este príncipe de los ángeles aspiraba al poder que únicamente pertenecía a Cristo. Ahora la perfecta armonía del cielo estaba quebrantada. La disposición de Lucifer de servirse a sí mismo en vez de servir a su Creador, despertó un sentimiento de honda aprensión cuando fue observada por quienes consideraban que la gloria de Dios debía ser suprema. Reunidos en concilio celestial, los ángeles rogaron a Lucifer que desistiera de su intento. El Hijo de Dios presentó ante él la grandeza, la bondad y la justicia del Creador, y también la naturaleza sagrada e inmutable de su ley. Dios mismo había establecido el orden del cielo, y, al separarse de él, Lucifer deshonraría a su Creador y acarrearía la ruina sobre sí mismo. Pero la amonestación, hecha con misericordia y amor infinitos, solamente despertó un espíritu de resistencia. Lucifer permitió que su envidia hacia Cristo prevaleciera, y se afirmó más en su rebelión. El propósito de este príncipe de los ángeles llegó a ser disputar la supremacía del Hijo de Dios, y así poner en tela de juicio la sabiduría y el amor del Creador. Para lograr este fin estaba por consagrar las energías de aquella mente maestra, la cual, después de la de Cristo, era la principal entre las huestes de Dios. Pero Aquel que quiso que sus criaturas tuviesen libre albedrío, no dejó a ninguna de ellas inadvertida en cuanto a los sofismas perturbadores con los cuales la rebelión procuraría justificarse. Antes de que la gran controversia iniciara, debía presentarse claramente a todos la voluntad de Aquel cuya sabiduría y bondad eran la fuente de todo su regocijo. El Rey del universo convocó a las huestes celestiales a comparecer ante él, a fin de que en su presencia él pudiese manifestar cuál era el verdadero lugar que ocupaba su Hijo y dar a conocer cuál era la relación que él tenía con todos los seres creados. El Hijo de Dios compartió el trono del Padre, y la gloria del Ser eterno, que existía por sí mismo, cubrió a ambos. Alrededor del trono se congregaron los santos ángeles, una vasta e innumerable muchedumbre, “millones de millones”, y los ángeles más elevados, como ministros y súbditos, se regocijaron en la luz que de la presencia de la Deidad caía sobre ellos. Ante los habitantes del cielo reunidos, el Rey declaró que ninguno, excepto Cristo, el Hijo unigénito de Dios, podía penetrar en la plenitud de sus designios y que a este le estaba encomendada la ejecución de los grandes propósitos de su voluntad. El Hijo de Dios había ejecutado la voluntad del Padre en la creación de todas las huestes del cielo, y a él, así como a Dios, debían ellas tributar homenaje y lealtad. Cristo había de ejercer aún el poder divino en la creación de la tierra y sus habitantes. Pero en todo esto no buscaría poder o ensalzamiento para sí mismo, en contra del plan de Dios, sino que exaltaría la gloria del Padre, y ejecutaría sus fines de beneficencia y amor. Los ángeles reconocieron con mucho gozo la supremacía de Cristo, y postrándose ante él, le rindieron su amor y adoración. Lucifer se postró con ellos, pero en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad, la justicia y la lealtad luchaban contra los celos y la envidia. La influencia de los santos ángeles pareció por algún tiempo arrastrarlo con ellos. Mientras en melodiosos acentos se elevaban himnos de alabanza cantados por miles de alegres voces, el espíritu del mal parecía vencido; indecible amor conmovía su ser entero; al igual que los inmaculados adoradores, su alma se llenó de amor hacia el Padre y el Hijo. Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía, y nuevamente dio cabida a su envidia hacia Cristo. Los altos honores conferidos a Lucifer no fueron justipreciados como dádiva especial de Dios, y por lo tanto, no produjeron gratitud alguna hacia su Creador. Se jactaba de su esplendor y elevado puesto, y aspiraba a ser igual a Dios. La hueste celestial lo amaba y reverenciaba, los ángeles se deleitaban en cumplir sus órdenes, y estaba dotado de más sabiduría y gloria que todos ellos. Sin embargo, el Hijo de Dios ocupaba una posición más exaltada que él. Era igual al Padre en poder y autoridad. Él compartía los designios del Padre, mientras que Lucifer no participaba en los concilios de Dios. “¿Por qué—se preguntaba el poderoso ángel—debe Cristo tener la supremacía? ¿Por qué se le honra más que a mí?” Abandonando su lugar en la inmediata presencia del Padre, Lucifer salió a difundir el espíritu de descontento entre los ángeles. Trabajó con misteriosa reserva, y por algún tiempo ocultó sus verdaderos propósitos bajo una aparente reverencia hacia Dios. Comenzó insinuando dudas acerca de las leyes que gobernaban a los seres celestiales, sugiriendo que aunque las leyes fueran necesarias para los habitantes de los mundos, los ángeles, siendo más elevados, no necesitaban semejantes restricciones, porque su propia sabiduría bastaba para guiarlos. Ellos no eran seres que pudieran acarrear deshonra a Dios; todos sus pensamientos eran santos; y errar era tan imposible para ellos como para el mismo Dios. La exaltación del Hijo de Dios como igual al Padre fue presentada como una injusticia cometida contra Lucifer, quien, según se alegaba, tenía también derecho a recibir reverencia y honra. Si este príncipe de los ángeles pudiera alcanzar su verdadera y elevada posición, ello redundaría en grandes beneficios para toda la hueste celestial; pues su objeto era asegurar la libertad de todos. Pero ahora aun la libertad que habían gozado hasta ese entonces concluía, pues se les había nombrado un gobernante absoluto, y todos ellos tenían que prestar obediencia a su autoridad. Estos fueron los sutiles engaños que por medio de las astucias de Lucifer cundían rápidamente por los atrios celestiales. No se había efectuado cambio alguno en la posición o en la autoridad de Cristo. La envidia de Lucifer, sus tergiversaciones, y sus pretensiones de igualdad con Cristo, habían hecho absolutamente necesaria una declaración categórica acerca de la verdadera posición que ocupaba el Hijo de Dios; pero esta había sido la misma desde el principio. Sin embargo, las argucias de Lucifer confundieron a muchos ángeles. Valiéndose de la amorosa y leal confianza depositada en él por los seres celestiales que estaban bajo sus órdenes, había inculcado tan insidiosamente en sus mentes su propia desconfianza y descontento, que su influencia no se discernía. Lucifer había presentado con engaño los designios de Dios, interpretándolos torcida y erróneamente, a fin de producir disensión y descontento. Con astucia inducía a sus oyentes a que expresaran sus sentimientos; luego, cuando así convenía a sus intereses, repetía esas declaraciones en prueba de que los ángeles no estaban del todo en armonía con el gobierno de Dios. Mientras aseveraba tener perfecta lealtad hacia Dios, insistía en que era necesario que se hicieran cambios en el orden y las leyes del cielo para asegurar la estabilidad del gobierno divino. Así, mientras trabajaba para despertar oposición a la ley de Dios y por inculcar su propio descontento en la mente de los ángeles que estaban bajo sus órdenes, hacía alarde de querer eliminar el descontento y reconciliar a los ángeles desconformes con el orden del cielo. Mientras fomentaba secretamente el desacuerdo y la rebelión, con pericia consumada aparentaba que su único fin era promover la lealtad y preservar la armonía y la paz. El espíritu de descontento se había encendido y hacía su funesta obra. Aunque no había rebelión abierta, el desacuerdo aumentaba imperceptiblemente entre los ángeles. Algunos recibían favorablemente las insinuaciones de Lucifer contra el gobierno de Dios. Aunque previamente habían estado en perfecta armonía con el orden que Dios había establecido, estaban ahora descontentos y se sentían desdichados porque no podían penetrar los inescrutables designios de Dios; les desagradaba la idea de exaltar a Cristo. Estaban listos para respaldar la demanda de Lucifer de que él tuviera igual autoridad que el Hijo de Dios. Pero los ángeles que permanecieron leales y fieles apoyaron la sabiduría y la justicia del decreto divino, y así trataron de reconciliar al descontento Lucifer con la voluntad de Dios. Cristo era el Hijo de Dios. Había sido uno con el Padre antes que los ángeles fueran creados. Siempre estuvo a la diestra del Padre; su supremacía, tan llena de bendiciones para todos aquellos que estaban bajo su benigno dominio, no había sido hasta entonces disputada. La armonía que reinaba en el cielo nunca había sido interrumpida. ¿Por qué debía haber ahora discordia? Los ángeles leales podían ver solamente terribles consecuencias corno resultado de esta disensión, y con fervientes súplicas aconsejaron a los descontentos a renunciar de su propósito y a mostrarse leales a Dios mediante la fidelidad a su gobierno. Con gran misericordia, según su divino carácter, Dios soportó por mucho tiempo a Lucifer. El espíritu de descontento y desafecto no se había conocido antes en el cielo. Era un elemento nuevo, extraño, misterioso e inexplicable. Lucifer mismo, al principio, no entendía la verdadera naturaleza de sus sentimientos; durante algún tiempo había temido dar expresión a los pensamientos y a las imaginaciones de su mente; sin embargo no los desechó. No veía el alcance de su extravío. Para convencerlo de su error, se hizo cuanto esfuerzo podían sugerir la sabiduría y el amor infinitos. Se le probó que su desafecto no tenía razón de ser, y se le hizo saber cuál sería el resultado si persistía en su rebeldía. Lucifer quedó convencido de que se hallaba en el error. Vio que “justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras” (Salmos 145:17), que los estatutos divinos son justos, y que debía reconocerlos como tales ante todo el cielo. De haberlo hecho, podría haberse salvado a sí mismo y a muchos ángeles. Todavía no había desechado completamente la lealtad a Dios. Aunque había abandonado su puesto de querubín protector, si hubiera querido volver a Dios, reconociendo la sabiduría del Creador y conformándose con ocupar el lugar que se le asignó en el gran plan de Dios, habría sido restablecido en su puesto. Había llegado el momento de tomar una decisión final; él debía someterse completamente a la divina soberanía o colocarse en abierta rebelión. Casi decidió volver sobre sus pasos, pero el orgullo no se lo permitió. Era un sacrificio demasiado grande para quien había sido honrado tan altamente el tener que confesar que había errado, que sus ideas y propósitos eran falsos, y someterse a la autoridad que había estado presentando como injusta. Un Creador compasivo, deseoso de manifestar piedad hacia Lucifer y sus seguidores, procuró hacerlos retroceder del abismo de la ruina al cual estaban a punto de lanzarse. Pero su misericordia fue mal interpretada. Lucifer señaló la longanimidad de Dios como una prueba evidente de su propia superioridad sobre él, como una indicación de que el Rey del universo aún accedería a sus exigencias. Si los ángeles se mantenían firmes de su parte, dijo, aún podrían conseguir todo lo que deseaban. Defendió persistentemente su conducta, y se dedicó de lleno al gran conflicto contra su Creador. Así fue como Lucifer, el “portaluz”, el que compartía la gloria de Dios, el ministro de su trono, mediante la transgresión, se convirtió en Satanás el “adversario” de Dios y de los seres santos, y el destructor de aquellos que el Señor había encomendado a su dirección y cuidado. Rechazando con desdén los argumentos y las súplicas de los ángeles leales, los tildó de esclavos engañados. Declaró que la preferencia otorgada a Cristo era un acto de injusticia tanto hacia él como hacia toda la hueste celestial, y anunció que desde ese entonces no se sometería a esa violación de los derechos de sus asociados y de los suyos propios. Nunca más reconocería la supremacía de Cristo. Decidió reclamar el honor que se le debió haber otorgado, y asumir la dirección de cuantos quisieran seguirle; y prometió a quienes entraran en sus filas un gobierno nuevo y mejor, bajo el cual todos gozarían de libertad. Gran número de ángeles manifestó su decisión de aceptarlo como su caudillo. Engreído por el favor que recibieran sus designios, alentó la esperanza de atraer a su lado a todos los ángeles para hacerse igual a Dios mismo, y ser obedecido por toda la hueste celestial. Los ángeles leales volvieron a instar a Satanás y a sus simpatizantes a someterse a Dios; les presentaron el resultado inevitable en caso de rehusarse. El que los había creado podía vencerlos y castigar severamente su rebelde osadía. Ningún ángel podía oponerse con éxito a la ley divina, tan sagrada como Dios mismo. Advirtieron y aconsejaron a todos que hicieran oídos sordos a los razonamientos engañosos de Lucifer, e instaron a él y a sus secuaces a buscar la presencia de Dios sin demora alguna, y a confesar el error de haber puesto en tela de juicio la sabiduría y la autoridad divinas. Muchos estaban dispuestos a prestar atención a este consejo, a arrepentirse de su desafecto, y a pedir que se les admitiera en el favor del Padre y del Hijo. Pero Lucifer tenía otro engaño preparado. El poderoso rebelde declaró entonces que los ángeles que se le habían unido habían ido demasiado lejos para retroceder, que él estaba bien enterado de la ley divina, y que sabía que Dios no los perdonaría. Declaró que todos aquellos que se sometieran a la autoridad del cielo serían despojados de su honra y degradados. En cuanto a él se refería, estaba dispuesto a no reconocer nunca más la autoridad de Cristo. Manifestó que la única salida que les quedaba a él y a sus seguidores era declarar su libertad, y obtener por medio de la fuerza los derechos que no se les quiso otorgar de buen grado. En lo que concernía a Satanás mismo, era cierto que ya había ido demasiado lejos en su rebelión para retroceder. Pero no ocurría lo mismo con aquellos que habían sido cegados por sus engaños. Para ellos el consejo y las súplicas de los ángeles leales abrían una puerta de esperanza; y si hubieran atendido la advertencia, podrían haber escapado del lazo de Satanás. Pero permitieron que el orgullo, el amor a su jefe y el deseo de libertad ilimitada los dominasen por completo, y los ruegos del amor y la misericordia divinos fueron finalmente rechazados. Dios permitió que Satanás continuara con su obra hasta que el espíritu de desafecto se transformó en una activa rebelión. Era necesario que sus planes se desarrollaran en toda su plenitud, para que su verdadera naturaleza y tendencia fueran vistas por todos. Como querubín ungido, Lucifer, había sido altamente exaltado; era muy amado por los seres celestiales, y su influencia sobre ellos era poderosa. El gobierno de Dios incluía no solo a los habitantes del cielo sino también los de todos los mundos que había creado; y Lucifer llegó a la conclusión de que si pudiera arrastrar a los ángeles celestiales en su rebelión, podría también arrastrar a todos los mundos. Él había presentado su punto de vista astutamente, haciendo uso de sofismas y engaños para lograr sus fines. Su poder para engañar era enorme. Disfrazándose con un manto de mentira, había obtenido una ventaja. Todo cuanto hacía estaba tan revestido de misterio que era muy difícil revelar a los ángeles la verdadera naturaleza de su obra. Hasta que esta no estuviera plenamente desarrollada, no podría manifestarse cuán mala era ni su desafecto sería visto como rebelión. Aun los ángeles leales no podían discernir bien su carácter, ni ver adonde se encaminaba su obra. Al principio Lucifer había encauzado sus tentaciones de tal manera que él mismo no se comprometía. A los ángeles a quienes no pudo atraer completamente a su lado los acusó de ser indiferentes a los intereses de los seres celestiales. Acusó a los ángeles leales de estar haciendo precisamente la misma labor que él hacía. Su política era confundirlos con argumentos sutiles sobre los designios de Dios. Cubría de misterio todo lo sencillo, y por medio de astuta perversión ponía en duda las declaraciones más claras de Jehová. Y su elevada posición, tan íntimamente relacionada con el gobierno divino, daba mayor fuerza a sus pretensiones. Dios podía emplear únicamente aquellos medios que fueran compatibles con la verdad y la justicia. Satanás podía valerse de medios que Dios no podía usar: la lisonja y el engaño. Había procurado falsear la palabra de Dios, y había tergiversado el plan de gobierno divino, alegando que el Creador no actuaba con justicia al imponer leyes a los ángeles; que al exigir sumisión y obediencia de sus criaturas, buscaba solamente su propia exaltación. Por lo tanto, era necesario demostrar ante los habitantes del cielo y de todos los mundos que el gobierno de Dios es justo y su ley perfecta. Satanás había fingido que procuraba fomentar el bien del universo. El verdadero carácter del usurpador, y su verdadero objetivo, debían ser comprendidos por todos. Debía dársele tiempo suficiente para que se revelara por medio de sus propias obras inicuas. La discordia que su proceder había causado en el cielo, Satanás la atribuía al gobierno de Dios. Todo lo malo, decía, era resultado de la administración divina. Alegaba que su propósito era mejorar los estatutos de Jehová. Por consiguiente, Dios le permitió demostrar la naturaleza de sus pretensiones para que se viera el resultado de los cambios que él proponía hacer en la ley divina. Su propia labor había de condenarle. Satanás había dicho desde el principio que no estaba en rebeldía. El universo entero había de ver al engañador desenmascarado. Aun cuando Satanás fue arrojado del cielo, la Sabiduría infinita no lo aniquiló. Puesto que solo el servicio inspirado por el amor puede ser aceptable para Dios, la lealtad de sus criaturas debe basarse en la convicción de que es justo y misericordioso. Por no estar los habitantes del cielo y de los mundos preparados para entender la naturaleza o las consecuencias del pecado, no podrían haber discernido la justicia de Dios en la destrucción de Satanás. Si se le hubiera suprimido inmediatamente, algunos habrían servido a Dios por temor más bien que por amor. La influencia del engañador no habría sido anulada totalmente, ni se habría extirpado por completo el espíritu de rebelión. Para el bien del universo entero a través de los siglos sin fin, era necesario que Satanás desarrollara más ampliamente sus principios, para que todos los seres creados pudieran reconocer la naturaleza de sus acusaciones contra el gobierno divino y para que la justicia y la misericordia de Dios y la inmutabilidad de su ley quedasen establecidas para siempre. La rebelión de Satanás había de ser una lección para el universo a través de todos los siglos venideros; un testimonio perpetuo en cuanto a la naturaleza del pecado y sus terribles consecuencias. Los resultados del gobierno de Satanás y sus efectos sobre los ángeles y los hombres demostrarían el resultado inevitable que se obtiene al desechar la autoridad divina. Darían testimonio de que la existencia del gobierno de Dios entraña el bienestar de todos los seres que él creó. De esta manera la historia de este terrible experimento de la rebelión iba a ser una perpetua salvaguardia para todos los seres santos, para evitar que sean engañados acerca de la naturaleza de la transgresión, para salvarlos de cometer pecado y sufrir sus consecuencias. El que gobierna en los cielos ve el fin desde el principio. Aquel en cuya presencia los misterios del pasado y del futuro son manifiestos, más allá de la angustia, las tinieblas y la ruina provocadas por el pecado, contempla la realización de sus propios designios de amor y bendición. Aunque haya “nubes y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono”. Salmos 97:2. Y esto lo entenderán algún día todos los habitantes del universo, tanto los leales como los desleales. “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectos. Es un Dios de verdad y no hay maldad en él; es justo y recto”. Deuteronomio 32:4. Patriarcas y Profetas Elena White ¿No es el amor de Dios maravilloso e inexplicable? #neverfarenough

  • Vanidad de Vanidades

    El hombre más rico de la tierra al momento, el hombre más sabio de la historia, uno que parecía tenerlo todo, dijo: "Vanidad de vanidades... todo es vanidad" (Eclesiastés 1:2). ¿Te has encontrado con este versículo antes? En medio de dos guerras (Rusia-Ucrania y ahora Israel y Palestina), ¿no tienes la sensación de que aquí en los Estados Unidos somos ajenos al dolor y sufrimiento que está ocurriendo ahora mismo en el mundo? Cientos de personas mueren, familias destrozadas y separadas tal vez para siempre, millones de personas desplazadas de sus hogares, hambre, enfermedades, desastres naturales... sin embargo, en Estados Unidos y en muchos otros lugares del mundo las empresas se encuentran en una era de publicidad desenfrenada. . Canales de medios que se centran en las últimas tendencias de la moda y el vestido que lució una celebridad en la alfombra roja. Miles de vídeos que muestran "cómo hacerse rico" y constantes producciones televisivas vacías. Personas que se preocupan por conseguir el último teléfono y obtener muchos "likes" en las redes sociales... Uno no puede sino preguntarse: ¿qué está pasando? Salomón lo escribió mejor: "vanidad de vanidades, todo es vanidad". Uno de mis actores favoritos lo dijo de otra manera: "Ojalá todos se hicieran ricos y famosos para que sepan que esa no es la respuesta" (cita de Jim Carrey). Amigo/a, lo que Solomon y Jim se dieron cuenta es que TODO lo que este mundo tiene para ofrecer, TODO, no significa nada. El único ser que puede hacer permanentemente el cambio en el corazón humano, el único ser que puede hacer que la vida tenga sentido es Jesús, Dios. No hace mucho escuché de un pastor algo como esto: "Todos estamos buscando a Jesús, algunos de nosotros simplemente no lo sabemos todavía". La pornografía, el sexo, las drogas, el alcoholismo, la adicción al trabajo, la violencia, la glotonería... todas estas cosas son el resultado del intento del ser humano de llenar un vacío en nuestras almas que Dios sólo puede llenar permanentemente. Todos vamos tras los "placeres mundanos" para intentar conseguir ese sentimiento de satisfacción que sólo Jesús puede inculcar permanentemente en nuestros corazones. Salomón entendió esto y por eso llamó vanidad a todo lo que lo rodeaba, los palacios, el oro, los castillos, el reino, la cama cómoda, las ropas bonitas... todo vanidad. No sólo vanidad, sino vanidad que destruye tal como lo está haciendo hoy. El mundo en caos y los canales de medios llenos de... vanidades. Recuerda, sólo Jesús en el corazón puede crear un cambio positivo y permanente en el corazón y la mente humana. Algo para pensar... #neverfarenough

  • El Pecado Imperdonable

    En los libros de Mateo, Marcos y Lucas encontramos los siguientes versos: "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada." - Mateo 12:31 "... pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno." - Marcos 3:29 "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada." - Mateo 12:31 "A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado." - Lucas 12:10 Dios es un Dios de misericordia, es amor, Él perdona... sin embargo, cuando leemos la Biblia notamos que hay un pecado que es 'imperdonable'. ¿Cómo encontramos armonía entre los versículos anteriores a versículos como este? "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo." - 1 Juan 2:1 ¿Que piensas? Hablemos de esto hoy... O Dios es un Dios que perdona o Dios es un Dios que perdona parcialmente, ¿cuál es? ¿Puede Dios verdaderamente perdonar todos los pecados excepto uno? La evidencia bíblica no respalda esto último como veremos más adelante. Como he expresado muchas veces antes, cuando leemos la Biblia NECESITAMOS tomar en consideración el contexto bajo el cual se encuentran los versículos. A veces el contexto se extiende más allá del capítulo, o incluso del libro, y a veces (como es el caso de este tiempo) el contexto se puede encontrar en los versículos inmediatos antes o después. Cuando leemos los versículos anteriores a los versículos en cuestión, en los 3 casos vemos diferentes versiones de la misma historia: "Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa." - Marcos 3:22-27 Los escribas, los fariseos, los líderes religiosos de Jerusalén en ese momento tenían las Escrituras, tenían acceso a lo que entonces eran rollos pero ahora los conocemos como "la Biblia", fueron testigos del bautismo de Jesús, fueron testigos de la curación, del perdón, la misericordia, el amor... incluso con todas las evidencias a la mano, se negaron completamente a creer y aceptar a Jesús como el Hijo de Dios. Se bloquearon de la voz interior del Espíritu Santo, estaban decididos a rechazar a toda costa la verdad. Según el diccionario Merriam-Webster, una de las definiciones de blasfemia es: "el acto de insultar o mostrar desprecio o falta de reverencia hacia Dios". Estos líderes religiosos le estaban haciendo precisamente esto a Jesús. Lo estaban insultando, en este ejemplo leemos que incluso estaban llamando a Jesús a ser obrero de Satanás. Ahora les pregunto, ¿es realmente imperdonable rechazar a Jesús, a Dios o al Espíritu Santo? Leamos un versículo de cuando Jesús ya estaba crucificado viviendo sus últimos momentos: "Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes." - Lucas 23:34 En la Biblia encontramos todo tipo de pecados y atrocidades siendo perdonados, la evidencia no sugiere que exista algún pecado imperdonable. Incluso el discípulo Pedro negó a Jesús con maldiciones y fue perdonado. Aquí está la cosa, el "pecado imperdonable" no es imperdonable porque Dios guarda rencor contra la persona y decide no perdonar, es imperdonable porque una persona conscientemente decide separarse de Dios y de la voz de su Espíritu y bloquear cualquier intento de Dios extendiéndose. Ante esto, Dios no puede perdonar a una persona que no reconoce que necesita perdón o, peor aún, no quiere tener nada que ver con Él. ¿Lo ves? En un mundo de oscuridad, elige ser la luz para la cual Dios te creó.. Elige hacer el bien. Elige reconocer tus faltas, confesárselas a Dios y saber que Él te perdona. ¿Preguntas, comentarios, seguimientos? ¡No dudes en comunicarte con nosotros! Hasta la próxima, #neverfarenough

  • ¿Es Dios inmutable? Comparando el Nuevo y Antiguo Testamento

    En foros de la iglesia, en conversaciones con amigos y colegas, incluso en conversaciones de familia, he escuchado la afirmación: "Hay una gran diferencia entre el Dios del Antiguo y el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento vemos a un Dios estricto, serio, muy exigente y en el Nuevo Testamento vemos a Uno muy amoroso, paciente y muy pacífico”. La pregunta es: ¿es esta afirmación verdadera y/o exacta? ¿Es realmente cierto que el carácter de Dios difiere de una porción de la Biblia a otra? Después de todo, la Biblia dice acerca de Dios: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos." - Hebrew 13:8 ¿Entonces que? ¿Miente la Biblia? ¿Te has hecho estas preguntas antes? Desde que tengo memoria, en la iglesia y entre amigos cristianos he escuchado declaraciones sobre el carácter de Dios y cómo Él parece ser un Dios radicalmente diferente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Después de todo, una lectura rápida de los primeros libros del Antiguo Testamento muestra un Dios amoroso pero severo, estricto y celoso, mientras que el Nuevo Testamento muestra un Dios misericordioso, compasivo, amoroso, pacífico y paciente. ¿Qué sección de la Biblia muestra al "Dios verdadero"? Durante algún tiempo, incluso yo mismo me hice esa pregunta. Como dije... una "lectura rápida" me dejó esa impresión. Un tiempo después, una lectura en profundidad despejó todas las dudas :) Dios, Biblia y Carácter Una vez escuché una frase muy llena de sabiduría que aunque olvidé la redacción exacta, nunca olvidé la lección. Dice algo como esto: "al leer la Biblia por el simple hecho de leerla, puedes encontrar respaldo al asesinato". En otras palabras, leer la Biblia con intenciones, propósitos o la atención equivocada puede ser tan inútil como leer sobre unicornios y elfos. Seré el primero en admitir que leer los libros 2-5 del Antiguo Testamento puede ser demasiado; reglas, regulaciones, restricciones y árboles genealógicos son solo algunas de las cosas que encontrarás allí. Aún así, cuando realmente pensé en ello me di cuenta de que las reglas y restricciones de la Biblia dicen mucho sobre QUIÉN ES DIOS. Al final, ese es el propósito principal de la Biblia... ayudarnos a conocerlo mejor, ¿no? Me tomó muchos años tomar esos libros en serio y sentarme con la plena intención de comprender y absorber información. Le había pedido a Dios que por favor me ayudara a concentrarme y así lo hizo. Al final del libro de Levítico me di cuenta de que el carácter de Dios es verdaderamente inmutable. Creo que ninguno de nosotros que estudiamos la Biblia o al menos hemos oído hablar de Jesús está en desacuerdo con que el carácter de Jesús en el Nuevo Testamento está más allá de este mundo amable y amoroso, ¿verdad? La mayoría de nosotros que cuestionamos el carácter de Dios lo hacemos en base a lo que leemos en el Antiguo Testamento... Bueno, permíteme compartir contigo el capítulo que cambió las reglas del juego para mí en el Antiguo Testamento: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. 3 Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. 4 No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios. 5 Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos. 6 Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. 7 Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, 8 y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal persona será cortada de su pueblo. 9 Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. 10 Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. 11 No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. 12 Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. 13 No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. 14 No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová. 15 No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. 16 No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová. 17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. 18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová. 19 Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. 20 Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre. 21 Y él traerá a Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación por su culpa. 22 Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová, por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido. 23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24 Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. 25 Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios. 26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos.27 No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28 Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová. 29 No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad. 30 Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová. 31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios. 32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová. 33 Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34 Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. 35 No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. 36 Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. 37 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Jehová." Dime que no ves la misma bondad y comportamiento moral que Jesús enseñó en el Nuevo Testamento. Dios fue estricto en el Antiguo Testamento tal como fue estricto en el Nuevo cuando la gente vendía y comerciaba en el templo de la ciudad. En el Antiguo Testamento Dios estaba tratando de crear un pueblo que fuera un faro de luz para un mundo lleno de oscuridad y para tener un grupo, una nación de gente santa, no se puede tolerar la maldad... mismo caso en el Nuevo Testamento. El templo de Dios no debía usarse como centro comercial para maquinar y lucrar. Amigo que me lees, podría seguir y seguir hablando sobre cómo Dios es inmutable, pero nada de lo que diga será tan impactante como pedirle a Dios que te dirija y leas tu Biblia con Su guía. Dios no cambia y Dios te ama. A veces es estricto... pero sólo porque quiere lo mejor para ti y, más importante aún, SABE lo que es mejor para ti. ¡Hasta la próxima! #neverfarenough

  • Entendiendo la Biblia y la Profecía Bíblica...

    Todas las mañanas, cuando enciendo las noticias, parece que las cosas empeoran minuto a minuto. Es después de leer y entender las advertencias dadas por Jesús en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 que ahora estoy más convencido que nunca, que Jesús viene pronto. ¿Cuando? Nadie sabe, podrían ser años a partir de ahora, o meses... Dos cosas son seguras: (1) Él viene y (2) Su venida está tan cerca como nuestra muerte. Cuando morimos, es como ir a dormir, perdemos la noción del tiempo y luego abrimos los ojos para continuar donde lo dejamos la última vez. Esta vez, sin embargo, nuestro despertar de ese 'sueño' será para ver a Jesús regresar en Su gloria y majestad. Entonces, cuando pienses en cuánto tiempo nos queda antes de la venida de Jesús, piens en el hecho de que la muerte puede estar tan cerca como hoy o mañana. La vida es ciertamente incierta y los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento. El momento, el tiempo para aceptar la llamada de Jesús es ahora. Una de mis series favoritas de todos los tiempos para comprender no solo la Biblia, sino también cómo se ha desarrollado la profecía bíblica, es la serie del pastor Stephen Bohr titulada: "Descifrando el código del Génesis". Te pido en este post que por favor, saques un poco de tiempo de tu agenda y escuches toda la serie que te dejo a continuación... seguro que NO te arrepentirás. Ten en cuenta que hay alrededor de 32 videos en la serie. Ya sea que lo hagas o no, te pido que estudies la Biblia y pidas la guía de Dios al hacerlo. Estudia, para que no seas engañado/a. Hasta la próxima mi amigo/a, #neverfarenough

  • Has sido elegido/a

    En el libro de 1 Pedro capítulo 2 encontramos el siguiente texto: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable..." - 1 Pedro 2:9 Amigo/a, TÚ eres elegido/a. TÚ fuiste hecho/a con un propósito. TÚ eres de un valor extremo. TÚ estás siendo llamado/a para cumplir ese propósito y unirte al ejército del Todopoderoso... ¿sabías? Mira el mundo que nos rodea, ¿qué ves? Yo veo odio, violencia, agresividad, dolor, sufrimiento, guerra, desastres naturales, hambre, enfermedades, codicia, lujuria, avaricia, mentira, egoísmo... ¿debo seguir? El mundo está llegando a su fin, Jesús viene y Dios te escogió (¡y te creó!) con un propósito. De diferentes maneras, todos estamos llamados a proclamar el evangelio y mostrar el amor de Jesús al mundo. Tú y yo hemos sido elegidos para ser diferentes; ser la luz en un mundo lleno de oscuridad. ¿Me sigues? Look at the world around us friend, what do you see? I see hate, violence, aggression, pain, suffering, war, natural disasters, hunger, diseases, greed, lust, avarice, lies, selfishness... should I keep going? The world is coming to an end, Jesus is coming, and God chose you (and created you!) for a purpose. In different ways, we are all called to proclaim the gospel and show the love of Jesus to the world. You and I have been chosen to be different; to be the light in a world filled with darkness. Can you see it? "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." - Mateo 28:18-20 Haceptas la responsabilidad y el propósito para el que fuiste creado? Si no sabes por dónde empezar, déjame darte una pista: comienza yendo a Dios en oración y pidiéndole que te muestre. Hasta la próxima... #neverfarenough

  • Protege, defiende, ama la vida.

    Hace unos días me topé con el video que te dejo a continuación. Toma 3 minutos para verlo; en un mundo con tanta oscuridad, la luz parece ser aún más oscuridad. Dios es el Autor y Creador de la vida... ¿realmente depende de nosotros tomar decisiones de vida o muerte en nombre de aquellos que no pueden hablar? Recuerda: "No matarás." - Éxodo 20:13 "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." - Mateo 22:37-40 ...de paso, el "prójimo" se refiere a todos los demás. Muchas veces miro la arena política y las prioridades del mundo y me quedo sin aliento y con una gran ansiedad. No estamos hablando de cómo acabar con el hambre en el mundo, cómo asignar recursos a quienes más los necesitan, cómo dar cobijo a las personas sin hogar o garantizar que todos tengan el mismo acceso a buenos servicios médicos... sino que estamos hablando sobre las leyes de armas, el aborto, los derechos matrimoniales y la financiación de nuestros programas militares. No puedo dejar de preguntarme, ¿qué está pasando? Luego, reflexiono sobre lo que he estudiado y realmente sé lo que está pasando, todo está en la Biblia. Echa un vistazo a Mateo 24, por ejemplo, y también a Apocalipsis 12-13. Las cosas empeorarán a medida que el mundo se acerque a su fin. Vosas que son seguras en este mundo: (1) todos estamos destinados a morir, y (2) Jesús viene. Si estás leyendo esta publicación, ya estás en camino al #1, en cuanto al #2, ¿estás preparado/a? Ven a Jesus. #neverfarenough

  • Pon tu confianza y admiración en el lugar correcto

    No hace mucho tiempo, mi esposa y yo nos fuimos de vacaciones al Reino Unido y Europa. Visitamos Lisboa en Portugal, las Islas Canarias en España, Vigo en España y Londres en el Reino Unido. Fue un viaje muy bueno e hicimos nuevos amigos de Australia. Antes de ir a Londres, nuestros nuevos amigos australianos nos recomendaron hacer el tour del Castillo de Windsor. Nos dijeron que nos volveríamos locos y que íbamos a ver algo como nada antes visto. Sin dudar, nos conectamos a la red, compramos los boletos, tomamos un tren al área donde está el palacio y entramos. No hace falta decir que es un lugar muy hermoso y con una arquitectura increíble. Aquí está la cosa, entre toda esa belleza, no sentí admiración ni alegría. Sí, estaba disfrutando el hecho de estar allí, pero estar entre las riquezas de una dinastía y ver el lujoso estilo de vida que algunas personas tenían en la antigüedad frente a lo que vivía la población en general fuera de los muros del castillo, me revolvió el estómago. Reyes, políticos, líderes... todo comenzó cuando un grupo de personas depositó su confianza en ellos. Las celebridades son celebridades porque les ponemos nuestra admiración y atención. Las personas en el poder generalmente lo están porque otros creen que pueden hacer una diferencia o porque otros simplemente quieren tener a alguien a quien admirar. Aquí está la cosa: los seres humanos son egoístas por naturaleza y fácilmente corruptibles. Agrega poder y dinero a la ecuación y la mezcla se vuelve mortal. Mientras caminaba por las habitaciones del palacio, no podía dejar de pensar en la riqueza extrema y los arreglos de vida que tenía esta familia, mientras que otros probablemente estaban fuera de sus muros luchando por encontrar comida o un techo. No podía dejar de ver cuán evidente era la distinción entre clases y cuán triste es el hecho de que algunas personas ponen su admiración en personas que probablemente nunca conocerán y que harán poco o nada por ellos. No podía dejar de pensar en la codicia de la humanidad. Dios nunca quiso que Israel tuviera un Rey o cualquier tipo de estructura de jerarquía política. El plan de Dios para gobernar era Él como líder/Rey, y todos los demás en el mismo nivel "político"... sin distinción de clases o distribución de poder. Dios era la autoridad, nadie más. Sólo Él porque sólo Él tenía (y tiene) la capacidad de ser verdaderamente justo y de ver cosas que los demás no podrían ver. Por supuesto, el pueblo de Israel quería un Rey al que pudieran ver y hablar y eso nos lleva a Saúl. El resto (si has leído la Biblia) es historia. Saúl, quien comenzó como un Rey dirigido por Dios, se volvió hambriento de poder, se corrompió, comenzó a cometer injusticias sin consecuencias debido a la posición de poder... e Israel en su conjunto dejó de ser el mismo cuando la política entró en escena con humanos en la vanguardia del poder. Amigo/a, no pongas tu confianza, admiración o incluso voto de confianza en seres propensos a la corrupción, la codicia, el egoísmo y la lujuria... pon tu todo en Jesús, en Dios quien nunca te defraudará ni te fallará. La Biblia dice: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." - Jeremías 29:11 a,a y admiración en Aquel que lo dio todo por ti y que ES amor. Toda la riqueza del mundo y el lujo que uno puede poseer decaerá con el tiempo y un día no valdrá nada. No te sorprendas por estilos de vida lujosos, dinero, poder… sorpréndete por el poder del amor a través de Dios, por la bondad, la generosidad, el desinterés. Dios nunca te fallará. Nunca olvides. Hasta la próxima, #neverfarenough

bottom of page